Fernando J. Pérez. Granadino de 26 años. Analista y asesor estratégico de inteligencia en campos relacionados con la geopolítica, el terorrismo y la seguridad y con conocimientos en materia de campañas de comunicación estratégica y temática audiovisual (cortometrajes, marketing, spots, branding).
Graduado en Ingeniería Química por la UGR, con Máster en Energías Renovables, Cambio Climático y Desarrollo Sostenible por la USC y con experiencia en el sector de la energía fotovoltáica.Apasionado por las diferentes interrelaciones en el tablero geopolítico y el desarrollo tecnológico y sociopolítico.
- INTRODUCCION
1.1 Justificación del análisis
La disuasión, como estrategia basada en desalentar que un tercero realice acciones dañinas para el país en el ámbito de las relaciones internacionales y la seguridad nacional, encuentra en la Federación de Rusia contemporánea uno de sus ejemplos más destacados. En un escenario cada vez más inestable, Moscú ha desarrollado un enfoque de disuasión que engloba desde su poder nuclear hasta sofisticadas tácticas de guerra híbrida y dialéctica y sus relevancia en el escenario geopolítico actual justifica un análisis detallado de sus estrategias de disuasión, tanto militares como diplomáticas, así como de sus campañas de comunicación estratégica (STRATCOM). En las últimas décadas, Rusia ha demostrado una capacidad notable para emplear técnicas de disuasión de amplio alcance.
La justificación de este análisis radica en entender cómo estas tácticas configuran las relaciones internacionales y afectan la estabilidad global en un contexto en el que las potencias occidentales buscan contrarrestar las influencias rusas, ya que comprender la estrategia de disuasión de Rusia permite a los analistas estratégicos adaptar sus políticas.
1.2. Antecedentes
La doctrina de disuasión rusa ha evolucionado notablemente desde la Guerra Fría, adaptándose a las dinámicas del siglo XXI como un eje fundamental de su política exterior. Bajo el liderazgo de Vladimir Putin, Rusia ha reconstruido su capacidad militar y redefinido su papel como potencia global, utilizando la disuasión como una herramienta central para defender sus intereses y desafiar a quienes percibe como adversarios.
Un punto de inflexión en esta estrategia se dio con la anexión de Crimea en 2014. Estos eventos reflejaron la voluntad de Rusia de desafiar el orden europeo con una combinación de fuerzas convencionales y tácticas de guerra híbrida. El Kremlin ha complementado estas acciones militares con intensas campañas de desinformación y propaganda, lo cual refuerza su capacidad de disuasión. En 2022, la denominada «operación especial» en Ucrania volvió a poner en evidencia el poder disuasorio de Rusia, que no solo afecta a sus vecinos inmediatos, sino también a potencias occidentales. La falta de una intervención armada directa de estas potencias refleja el temor a las represalias rusas, particularmente ante la amenaza implícita de su arsenal nuclear y el peso de su capacidad militar. Incluso frente a un territorio tan extenso y con núcleos de población concentrados, Rusia ha demostrado un notable control sobre su entorno geopolítico inmediato y una habilidad para disuadir tanto a actores estatales como a insurgentes de realizar acciones contrarias a sus intereses. En el escenario actual, el poder de disuasión ruso se proyecta más allá de su vecindario, consolidando su posición como superpotencia militar y geoestratégica.
1.3. Objetivos del análisis
- Comprender las estrategias de STRATCOM aplicadas a la disuasión por parte de Rusia.
- Analizar el panorama que ha llevado a la Federación al punto en el que se encuentran.
- Identificar y analizar los patrones de uso de dichas estategias.
- Conocer las diferentes formas de disuasión que emplean Rusia.
- Evaluar el impacto de dichas políticas y tácticas.
2. Puntos clave
2.1.Palabras clave
Rusia. Disuasión. Retórica. Doctrina nuclear. STRATCOM. Guerra híbrida. Vladimir Putin.
2.2. Ideas clave
- Rusia tiene una gran dependencia de su retórica agresiva y su disuasión nuclear.
- El pasado de la Federación, así como la cultura y religión refuerzan un sentimiento de patria y belicismo propio de estas estrategias.
- El arsenal militar, la inteligencia estratégica y las capacidades diplomáticas rusas son por el momento suficientes para amedrentar al resto de potencias mundiales.
- Vladimir Putin se erige como uno de los líderes con mayor capacidad de dialéctica bélica y Rusia como una de las potencias más temidas.
- Rusia rompe los esquemas del ‘’Derecho Internacional’’ del siglo XXI y cambia la guerra en Occidente.
- La reformulación de la política económica y militar rusa hacia Oriente pone en jaque a los países europeos.
3. Desarrollo – Análisis
3.1. Contexto del país
Rusia es el país más extenso del mundo. Durante su historia ha sido partícipe de diferentes eventos históricos que han provocado su papel notable en los escenarios mundiales y que han acabado definiendo su trayectoria como potencia mundial.
3.1.1. Antecedentes
En 1917 la Revolución Rusa marca el final del reinado de los Zares y culmina con la creación de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y toma de senda el comunismo como idea. Aquí se produce el primer gran cambio en la política y sociedad del territorio ruso. En 1930 Stalin lleva a cabo una industrialización masiva que se traduce en un aumento del grueso militar. Sumando la gran cantidad de población que manejaban, fue relativamente fácil crear un ejército numeroso y equipado. Durante la II G.M. la URSS enfrenta a la Alemania nazi, pudiendo destacar la invasión sorpresa en 1941 (operación barbarroja) en el flanco oriental. Las victorias clave por parte de los soviéticos en Kursk y Stalingrado cambian las tornas y contribuyen a que las fuerzas y expasión nazi mermaran y posteriormente condujera a la derrotra del régimen dirigido por Adolf Hitler.
Estos eventos remarcaban a Rusia como un poder militar difícil de vencer y tras la guerra la Unión Soviética reflota como superpotencia mundial haciendo frente a Estados Unidos e invirtiendo cada vez más dinero en la carrera armamentística y espacial; algo probablemente motivado en los inicios para evitar que volvieran a sufrir otra operación Barbarroja. Esta etapa ya puede considerarse como el inicio contemporáneo de la disuasión por parte del citado país, llegando incluso por primera vez al borde del conflicto nuclear entre las dos superpotencias. Tras la Gerra Fría, la URSS se resquebraja en 1991, creando fuertes implicaciones geopolíticas, ideologicas y sociales y se conforma la Federación Rusa tal como la conocemos actualmente.
3.1.2. Actualidad
En búsqueda de una nueva identidad, Rusia se ha ido abriendo paso en las instituciones internacionales y transicionando en cierto modo hacia la economía de mercado; pudiendo destacarse su papel como exportador en el mercado del petróleo y del gas natural. Esto le ha llevado a tejer grandes alianzas comerciales y diplomáticas con diferentes países, pero sin dejar de avanzar en el área militar.
Debido al anterior tratado de la no proliferación nuclear y los acuerdos START, Rusia se ha centrado en aumentar sus capacidades logísticas y militares convencionales para proteger sus recursos e interminables fronteras. Hasta hace poco, el único campo de actuación ‘directa’ de Rusia respecto al resto de superpotencias pasaba por tener gran control sobre el mercado de la energía y la gran influencia en la economía mundial, pero dicho enfoque cambia en 2014 cuando una operación militar rusa decide anexar Crimea, arrebatándosela a Ucrania y creando un conflicto en suelo europeo. Tras la escalada de tensiones, finalmente, en 2022 Rusia decide de nuevo incursionar en Ucrania, para anexar mayor cantidad de territorio reclamándolo como suyo para ‘salvar a la población rusófona’. Este evento ha llevado a una guerra entre ambos países que aún hoy continúa. Estas decisiones le han llevado a aislarse del panorama occidental y crear un cisma en la doctrina militar euroatlántica y posiblemente evitando por el momento una guerra a gran escala contra la OTAN debido a su excelente capacidad de disuasión tanto nuclear como convencional.
3.2. Formas de disuasión
3.2.1. Capacidad militar
Antes de iniciar el conflicto versus Ucrania en 2022, la Federación Rusa contaba para el Ejército de Tierra con aproximadamente 280.000 soldados , unos 2600 tanques de diferentes modelos y cerca de 16.000 vehículos blindados, para las fuerzas aéreas con 165.000 soldados, unos 1400 aviones de combate y alrededor de 800 helicópteros y para la Marina con 49 submarinos y casi 1400 aeronaves. A lo que se debe sumar las fuerzas separatistas afines; incluido en su momento todo lo aportado por el Grupo Wagner.
El ejército ruso es considerado el segundo ejército más poderoso del mundo (al menos hasta antes de 2022) y cuenta con una amplia gama de bombarderos estratégicos, además de una gran variedad de misiles (algunos de ellos portaojivas nucleares):
- Misiles de crucero, como el Kh-101 y el Kh-555 (3.000-3.500Km).
- Misiles balísitcos, como el Iskander-M (400km).
- Misiles tierra-aire, como el S-300.
- Misiles hipersónicos, como el Khinzal, que viaja en Mach5 (2000km) y el Kh-69.
- Misiles balísticos intercontinentales, Sarmat o también conocido como el Satan II.
Así mismo, cabe destacar la gran cantidad de munición ligera para las tropas terrestres y unos sistemas de defensa aérea S-400.
El número de militares para final de 2024 se informa en unos 1.5 millones de efectivos.
Todo este arsenal y recursos se complementa con una gran capacidad de los Servicios de Inteligencia y redes de satélites y hackers y provee de una capacidad disuasoria inicial en todos los ámbitos de ataque; tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio.
NOTA: Cabe remarcar que son valores de 2022 y debido al conflicto actual y las numerosas olas de reclutamiento es muy difícil tener un número actualizado de su capacidad militar actualmente; lo cual no exime de seguir siendo suficiente para causar un efecto disuasorio.
3.2.2. Armas nucleares y nueva doctrina nuclear
De todos los países, tan solo 9 tienen actualmente capacidad de armamento nuclear. Según el SIPRI y recogido por la fuente Statista, la estimación general que se maneja actualmente de ojivas nucleares es:
Imagen 1. Arsenal nuclear actual en el mundo. Fuente: SIPRI, recogido por Statista.
La Federación Rusa cuenta con el arsenal nuclear más extenso del mundo, un aliciente más que suficiente para demostrar poder y disuasión frente al mundo entero. Si bien en un supuesto conflicto nuclear no serían necesarias ni de cerca tantas ojivas, el gran número de ellas supone una mayor disponibilidad en cuanto a tiempo de reacción y facilidad de desplegar en muchos lugares diferentes; asegurándose así respuestas prácticamente inmediatas según de donde provenga un supuesto ataque.
Tras la Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia fueron progresivamente abordando el tema nuclear debido a la gran proliferación que se había extendido en la época. Esta idea toma forma con los acuerdos de no proliferación nuclear y los tratados START (Strategic Arms Reduction Treaty).
El Tratado de No Proliferación Nuclear data de 1968 y sus objetivos son no dar armas nucleares a países que no las tuvieran ya (fotografía anterior), prohibir a esos países desarrollar bombas nucleares por su cuenta, facilitar la energía nuclear para la sociedad y no para el mundo militar e intentar un progresivo desarme nuclear. Este tratado reune a 191 países.
Por su parte los acuerdos START son una diplomacia bilateral entre Rusia y EEUU para reducir sus arsenales nucleares. Se cuentan 3 etapas:
- START I, en 1991. Máximo de 6000 cabezas nucleares y 1600 vehículos de lanzamiento.
- START II, en 1993. Nunca en vigor.
- NEW STRART. Máximo de cabezas desplegadas a 1550 y 700 vehículos de lanzamiento.
En febrero de 2023 la Duma Estatal Rusa suspende el New START y procede a recalificar una nueva doctrina nuclear ante la expansión de la OTAN y la cada vez mayor implicación de países con capacidad nuclear en el conflicto ucraniano. Dicha decisión busca aumentar la disuasión nuclear frente a unos acuerdos que cada vez más mermaban su capacidad como primera potencia nuclear bélica debido a ‘nuevas fuentes de amenazas y riesgos militares’. Dicha doctrina compila que cualquier ataque de una potencia no nuclear que cuente con el apoyo o participación de una potencia nuclear, será calificado de igual forma como un ataque por parte del segundo. Esto se suma a la creación y puesta en marcha del RS-28 Sarmat o también conocido como el Satán II, un misil balísitco intercontinental con alcance de hasta 18.000km y capacidad destructiva; además de poder portar entre 10 y 16 ojivas nucleares capaces de detonar en objetivos independientes y fue bautizado como el ‘arma más mortífera del mundo’, o en otras palabras, el arma con mayor poder de disuasión de la actualidad.
3.2.3. Discursos y muestras de poder.
La estrategia de disuasión nuclear por parte del gobierno ruso ha sido el eje central de la política de seguridad en los últimos años. Dicha estrategia tiene como sustento las declaraciones públicas de manera continuada por parte de altos cargos del gobierno, como pueden ser Putin, Lavrov o Peskov donde de manera reiterada utilizan una retórica agresiva y amenazante ante cualquier acontecimiento que ‘escape’ a su control sobre el uso del armamento nuclear. Desdibujando la línea entre la defensa propia por la continuidad de la existencia de la Federación y el ataque preventivo, los discursos y actuaciones tomadas desde la Duma pretenden crear una incertidumbre constante al resto de posibles y potenciales adversarios. Bajo la premisa de retornar a tiempos anteriores y exigir de nuevo territorio ya independizado, la dialéctica y retórica rusa va siempre enfocada hacia el expansionismo de sus fronteras actuales y con una carga ideológica sobre la población no solo de recuperar su vieja gloria y lo que ‘es suyo por derecho’, sino también ofrenciendo un paraguas a todos los habitantes rusófonos y simpatizantes ‘bajo el manto de opresión y discriminación que sufren en sus países’.
Practicando la amenaza directa e indirecta a los intereses nacionales e internacionales de otros países minetras se escuda en su arsenal nuclear como recurso de emergencia, Rusia ha seguido avanzando tanto tecnológica como numéricamente en el campo militar gracias a un sistema político que lo facilita y una economía enfocada a la industria militar.
Con la irrupción del nuevo Satan II, queda aún más patente la ambigüedad estratégica característica del país (ya que no se sabe cuántas unidades pueden estar ya disponibles) y dificulta los cálculos y estimaciones por parte de agentes extranjeros. Precisamente esta falta de conocimiento concreto es lo que refuerza los discursos de tono duro y amedrentador, sumándo a esto las advertencias de que Rusia puede escalar cualquier conflicto sin problema aparente debido a su gran abanico de posibilidades.
Por su parte, los desfiles militares se han convertido en símbolo de exhibición de poder. El desfile del Día de la Victoria el 9 de mayo se ha tornado un espectáculo televisado para que el resto del mundo contemple la capacidad armamentística y logistica del país. En el desfile de 2024 se estimaban más de 9.000 efectivos militares y 70 unidades de material. En otros eventos y despliegues militares se ha llegado a un número de 50.000 soldados y 1000 unidades de material malitar; demostrando la capacidad tanto en números como en tácticas militares y coordinación.
Imagen 2. Lanzador de misiles balísticos intercontinentales RS-24 Yars. Fuente: Maxim Shipenkov/ EFE.
Por supuesto nadie tendría una estrategia tan simple como para mostrar todo su poder, pero sí constituye no solo el acto disuasorio sino también una campaña de comunicación estratégica no solo para seguir socavando las mentes con la doctrina militar que siempre se ha profesado en el país sino una legitimación de las acciones que toma el gobierno. Dichos desfiles, actividades relacionadas y discursos pretenden, como es habitual en la STRATCOM, apelar a la parte emocional de los habitantes e infundir unos ideales acordes con el gobierno para glorificar sus acciones. Estas actividades se pueden de igual forma considerar un acto de propaganda y disuasión para los propios habitantes, demostrando que un levantamiento o acto hostil e insurgente será aplastado con la mayor fuerza militar sin miramientos.
En un amalgama de poder blando y duro, el gobierno ruso tiene garantizada una puesta en escena mundial que a nadie deja impasivo y que suscita el arraigo del país a estar siempre por encima de sus enemigos.
3.2.4. Economía y energía
El poder militar no es el único factor que hace de Rusia un ejemplo en disuasión. La industria energética, basada en la producción y exportación de petróleo y gas natural, ha permitido a Rusia construir lazos económicos sólidos con numerosos países y ejercer una forma de “soberanía energética” sobre aquellos más dependientes. En 2023, las exportaciones de petróleo y gas generaron ingresos de aproximadamente 230.000 millones de dólares, correspondientes a 240 millones de toneladas de petróleo y 2.914 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL). Estos recursos otorgan a Rusia una ventaja estratégica crucial, dado que varios países europeos continúan dependiendo en gran medida de sus suministros, lo que refuerza la capacidad de Rusia para influir en sus decisiones políticas y diplomáticas.
Antes de la invasión a Ucrania en 2022, Europa importaba hasta 40.000 millones de metros cúbicos de gas ruso al año, una cifra considerable que situaba a la Unión Europea en una posición de vulnerabilidad frente a las presiones energéticas de Moscú. Los gasoductos Nord Stream I y II, construidos con el respaldo de gobiernos europeos, especialmente el alemán, demostraron cómo la energía se había convertido en un factor clave de disuasión. Este modelo no solo incentivaba la cooperación diplomática, sino que limitaba la disposición de algunos países de la OTAN a tomar medidas que pudieran afectar su seguridad energética. Aunque las sanciones impuestas tras la guerra en Ucrania han reducido las importaciones europeas de gas ruso, este ajuste no ha disminuido significativamente la capacidad de disuasión de Rusia a largo plazo, tan solo ha conseguido redirigirla.
Una de las principales razones de la resiliencia rusa es su capacidad para reorientar su producción energética hacia otros mercados emergentes, particularmente dentro del grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Estos países representan no solo una importante red de apoyo político, sino también un mercado alternativo robusto para los productos energéticos. En 2023, China e India se consolidaron como dos de los principales compradores de petróleo ruso, compensando en gran medida la disminución de ventas a Europa. La capacidad de Rusia para integrar sus exportaciones energéticas en los mercados de los BRICS y redirigir sus rutas de comercio ha sido clave para evitar la caída de sus ingresos por hidrocarburos, permitiéndole mantener una estabilidad económica relativa y reforzando su posición de poder.
Además, la expansión de acuerdos energéticos y de infraestructura con estos países brinda a Rusia la posibilidad de reducir su dependencia de las transacciones en dólares y promover el uso de monedas alternativas para sus intercambios comerciales. Esta política no solo limita el impacto de las sanciones occidentales, sino que también contribuye a debilitar el sistema financiero basado en el dólar, lo que forma parte de una estrategia geopolítica más amplia dentro del marco BRICS. El respaldo de los BRICS ofrece a Rusia una plataforma de colaboración económica y política que refuerza su capacidad de disuasión. La cooperación con estas potencias emergentes ha permitido a Rusia mantener su influencia en el mercado global de la energía, lo que continúa siendo un factor disuasorio de importancia para Occidente. Así, aunque las relaciones energéticas con Europa se han debilitado, la solidez de su posición en los mercados BRICS y su control sobre el suministro de hidrocarburos siguen siendo piezas clave para sostener su estrategia de disuasión económica a nivel internacional.
3.2.5. Guerra híbrida.
Otra forma de disuasión que realiza Rusia es la llamada guerra híbrida. En sí este tipo de actividades ya suponen un problema para sus objetivos, pero engloba como disuasión debido a que es una forma de indicar que son capaces de atacar desde muchos flancos diferentes e incluso en ocasiones que son capaces de desestabilizar completamente al gobierno o territorio que tengan en el punto de mira o de una posterior posible respuesta militar. En este aspecto se mergen mucho más los conceptos de propaganda blanca y gris junto con las diferentes categoría de engaño y manipulación. Entre las diferentes acciones de guerra híbrida encontramos:
- Migración: Facilitar flujos de migrantes hacia las fronteras del país seleccionado con el intento de colapsar tanto las lindes del país como intentar que su sistema del bienestar se destruya. Como ejemplos se cita Polonia y Litunaia entre otros.
- Interferencia política: Ataques de hackers, publicación de propaganda, intento de burlar la seguridad nacional del objetivo, condicionar ciertos eventos para favorecer a un candidato concreto según sea más afín a las políticas del Kremlin, financiación de partidos políticos, movimientos sociales, empresas, etc.
- Presión económica y energética. Anteriormente comentado.
- Ataques cibernéticos a servidores y estructuras clave.
- Desinformación en redes sociales.
- Operaciones de inteligencia y sabotaje: Amenazas a infraestructuras críticas europeas. Uso de espías rusos.
- Uso militar ramificado para evitar represalias: Como el grupo paramilitar Wagner o fuerzas propias pero no identificadas.
4.Conclusiones
4.1. Conclusiones finales
La cultura rusa, enlazada con la religión ortodoxa y con la doctrina militar anteriormente mencionada constituyen los pilares sobre los que se apoya la disuasión que utiliza el país para evitar ataques a manos de enemigos.
La historia de militarización de la sociedad, promoviendo una cultura de preparación entre la población (organizaciones como OSOAVIAKHIM), el servicio militar obligatorio desde 1939 y la constante inversión en publicidad y educación técnica y estratégica, unida al concepto de ‘escalada para la desescalada’ y la ambigüedad estratégica suponen un peso importante para que la opinión pública se vuelque de lado del gobierno en temática militar; siendo que desde niños son conocedores de este campo e ideario. Como se ha explicado anteriormente, esto va en consonancia con ser uno de los mejores ejércitos del mundo y crea el mayor grueso en temática de disuasión gracias al extenso arsenal nuclear.
Esta estrategia a largo plazo va de la mano de una narrativa histórica de guerras y problemas con territorios según ellos aún legítimamente reclamables, de una identidad muy marcada y de unos valores tradicionales muy férreos; demostrando que sus raices, identidad y su cultura son algo prácticamente sagrado y poniendo todo el peso tanto del legislativo como de la población contra cualquier acto o idea que pueda surgir para intentar opacarlas. Todo ello es gracias a un sistema político que favorece la rápida toma de decisiones, provee de poderes excepcionales al presidente de la Federación (en comparación con los cabezas de gobierno de otros países) e incluso permite redirigir recursos materiales y monetarios de forma casi contínua hacia la industria militar. Todo ello de la mano y el beneplácito de la Iglesia Ortodoxa, acuñando el concepto del ‘Russkiy Mir’ y siendo un poder muy influyente para la Duma y viceversa. Dicha legitimación recíproca crea uno de los vínculos más fuertes entre Estado y pueblo, afianzando aún más los lazos e ideologías existentes e incluso persuadiendo y disuadiendo a los fieles ortodoxos de realizar determinadas acciones.
La efectividad del poder de disuasión del que dispone la llamada Federación de Rusia ha logrado ser tan grande y durar tanto tiempo probablemente debido a un completo balance entre pilares fundamentales y poderes, siendo la piedra angular en la que todo se sostiene (al menos por ahora) el actual presidente Vladimir Putin; una figura con gran capacidad de oratoria, persuasión e instinto político debido a sus antecedentes en el servicio secreto ruso. Todo esto se consigue gracias a la singularidad del sistema político ruso. Estos pilares han proporcionado durante las últimas décadas una ‘paz’ al territorio ruso; siendo sin embargo también motivo de grandes tensiones geopolíticas con diferentes países. Debido a la retórica agresiva por parte del Kremlin, se encuentran tanto países que intentan disminuir las tensiones como otros contendientes que lo consideran una provocación. La disuasión militar que un principio hizo que los paises europeos recularan ante el incidente de Crimea, tras la oposición ucraniana desde 2022 ha servido como combustible para un rearme por parte de la OTAN, recelos de otros países sobre asegurarse bombas nucleares propias y una pérdida del elemento ‘armada invencible’ a nivel de estrategia comunicativa por los diversos reveses tácticos en el campo de batalla por parte del ejército rojo.
Los recientes acontecimientos han provocado un aumento de la retórica bélica, algo que por ahora, al menos sobre la línea, sigue imperando respecto al resto de países. Mientras no se rompa el empate técnico entre potencias militares, se descubra un método de neutralizar ojivas nucleares o caiga su sistema político, Rusia probablemente seguirá siendo uno de los países con mayor y más efectiva capadidad de disuasión a todos los niveles tanto internos como externos.
4.2. Recomendaciones
Descartando una posible guerra nuclear a gran escala al menos por el momento (la guerra con bombas nucleares táctica o bombas sucias ya sería otro tema) cabe esperar que sólo mediante errores de cálculo o desbalances en el sistema Ruso se podría provocar que la temida disuasión de la que hacen gala, quedara en papel mojado. Sea como fuere, mientras la Duma siga con la misma límea de comunicación y estrategia y cuente con tamaño arsenal nuclear, se vislumbra lejos un conflicto a gran escala que se pueda denominar ‘guerra total’ entre países; lo que da a entender que dicha capacidad de disuasión será una de las mejores puntas de lanza que poseen. Otro tema será, como siempre, los proxis o incluso enfrentamientos de guerra convencionales.
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